A pesar de que nos costó un poco encontrarlo, una vez que llegamos, nos recibieron con simpatía y las caseras fueron muy amables. La habitación en la que nos alojamos tenía una terraza con vistas al mar, lo cual fue una maravillosa forma de despertarnos. La ubicación del hotel era genial, ya que estaba cerca del mar y en una colina, lo que nos permitió disfrutar de unas vistas impresionantes de la costa. Además, la habitación estaba limpia y tenía todas las comodidades necesarias, incluyendo un baño privado. El desayuno, si bien el primer día fue un poco limitado, el personal se mostró dispuesto a complacer nuestras peticiones adicionales. La experiencia en general fue muy positiva, aunque sería bueno que mejoren algunos aspectos del servicio.